06 Jul LA SUBLIMACIÓN DEL CUIDADO. DE CUIDADORES A PERSONAS DE APOYO.
Hoy no es menester adentrarme en conceptos Freudianos de pulsiones y desviaciones, así que tomo la sublimación según la RAE como el acto de elevar a un grado superior.
¿Quiero decir con esto que releguemos del cuidado? No, solo que no quiero banalizar, no se le puede llamar cuidado a cualquier cosa.
Durante nuestra trayectoria profesional, la mía, la del equipo, la de las personas, ha surgido innumerables veces la necesidad de ajustar las palabras a nuestra experiencia real, a nuestra evolución, o simplemente a nuestra idiosincrasia. Puede parecer una cuestión de eufemismos, pero no solo hablo de lenguaje. Las palabras no sirven de mucho si no se sostienen en una manera de actuar y pensar consecuente.
Hablar de CUIDADO es hablar del respeto a uno mismo y al otro.
Pensar en CUIDADO es pensar en un compromiso con uno mismo y con el mundo.
Actuar en el CUIDADO es impregnarse de los detalles.
Sin embargo, si rescato el CUIDAR de la memoria colectiva es probable que no deje en muy buen lugar ni a la persona emisora ni a la receptora.
Si traigo a mi mente el oficio de CUIDADOR me vienen asociaciones como “trabajador de residencia del sector social”, “persona con bata verde o uniforme”, “trabajador no reconocido”. Recuerdo una ocasión en la que una cuidadora zarandeaba a una abuela cual saco de patatas, esa escena tenía de todo menos cuidado.
Por ende, si pienso en alguien que recibe cuidados, comienzo a esbozar imágenes de FRAGILIDAD, INFANCIA, ENFERMEDAD, etc. y al confrontarlo con mi experiencia como cuidadora no coincide. Vivir con una diversidad no es sinónimo de estar enfermo, ni de ser frágil, ni mucho menos un chaval cuando en ocasiones hablamos de personas con los huevos bien peludos. La vulnerabilidad es un estado transitorio, una condición humana, a nadie le hace bien cosificarla.
Hablemos pues de prestar apoyos, los apoyos necesarios, apoyos que facilitan, apoyos discretos y respetuosos que posicionan a la persona delante con su vida. Jamás un apoyo le robará protagonismo a las personas, su lugar no está delante, ni siquiera al lado, su lugar está detrás.
Hablemos pues de personas de apoyo, una labor que para ser impecable requiere de una constante revisión, de un compromiso de evolución, pero antes que impecables somos humanos coincidiendo con otros humanos, ¡gran responsabilidad esta de ser HUMANO! Y sí, en ocasiones poco reconocida.
Podría extenderme más en la enjundia del cuidado pero lo dejaremos para otros posts. Para finalizar me quedo con que hasta que la manera de pensar, sentir y hacer no acompañe al léxico,
SEGUIREMOS BUSCANDO EUFEMISMOS, CONTINUAREMOS SUBLIMANDO LAS PALABRAS.
María Alonso.
Equipo Creativo saWabona
Mireia Martin
Posted at 09:09h, 06 julioGenial reflexión, me la quedo un tiempito.
equipo creativo saWabona
Posted at 09:20h, 06 julioGracias Mireia esta reflexión ha sido posible gracias a muchas personas que nos han dado la oportunidad de cambiar nuestro PENSAR/HACER/SENTIR.
Benigno Zaballos Samper
Posted at 10:09h, 12 julioMe ha gustado esta reflexión… gracias…me gusta leer este nuevo enfoque que estáis adquiriendo… os seguiré gustosamente.
GRACIAS… que pases buen día!!
equipo creativo saWabona
Posted at 15:13h, 13 julioEncantados de que nos sigas.